lunes, 26 de octubre de 2009

Abismos

“...Supón que me voy lejos
Tan lejos que olvidaré mi nombre…”
Silvio Rodriguez

Ginnugagap, el centro de la cosmogonía nórdica, un remolino inerte de hielo y fuego que en su centro tibio originó la vida, es el agujero del que todo salió y al que todo volverá, vientre, fosa, singularidad. El vacio es un todo que pretende englobar la nada, quizás el vacio no exista, o quizás, y sobre todo no existe su nombre y la ilusión de nombrarlo es vacua.

La zona abisal de nuestro planeta esta descrita como las profundidades marítimas entre 3000 y 6000 metros de profundidad, por supuesto, hay zonas aun más profundas que sin embargo no han sido estudiadas extensivamente y mucho menos definidas. En alguna de esas fosas oscuras se agitan las perezosas esponjas de luz verdosa que anunciaran la apoteosis final.

El dulce abismo, caminamos bordes confusos a profundidades insondables, es imposible distinguir el ojo amenazante de un calamar gigante de un seno de mujer, la ventura es la misma, desarrollamos nuestra propia luz como un monstruo marino, exhibimos descaradamente nuestro esqueleto, en la noche eterna del mar la melanina, las mascaras, los reflejos, el brillo, todo es insensato, solo queda la desnudez, el cruel instinto y la belleza del horror.

1 comentario:

  1. toda tu narración es un remolino calmado que lleva al fondo del mar...

    qué bueno leerte...

    y gracias por la canción :)

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