lunes, 12 de septiembre de 2011

Cotidianidades:



Hoy la luna está grande, redonda, amarilla, lleva una ceja que le da un aire sospechoso, parece el ojo acechante del antagonista en una película mala de las que pasan por la madrugada en los canales públicos.

La luna esta amarilla y pudiera ser la pupilar purulenta, intoxicada y venenosa de Cthulu, y podría ser también el pezón ambarino y suave de Varda. No se si temer a la mirada de lo primigenio o rendirme ante la majestuosa intimidad de la señora de las estrellas.

Incapaces de coexistir pugnan en mi, en una guerra sangrienta, los cantos elficos de los adoradores de Elbereth con los aullidos flagelados de las razas antiguas, todo mientras camino a mi casa, el sol se despeina tras los edificios y la ciudad y sus luces se desperezan, coral inaudito de las profundidades eternas, el mar vertiginoso que llamamos universo y que se presume apenas detrás de la pupila que cuelga del cielo, somnolienta.

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